jueves, 1 de octubre de 2015

La Cultura Moche

La Cultura Moche
La cultura moche o cultura mochica es una cultura arqueológica del antiguo Perú que se desarrolló entre el 100 y el 700 d. C. en el valle del río Moche (actual provincia de Trujillo, en el departamento de La Libertad). Esta cultura se extendió hacia los valles de la costa norte del actual Perú.
Las sociedades mochicas hicieron grandes obras de ingeniería hidráulica:canales de riego y represas, lo que les permitió ampliar su frontera agrícola a gran escala.
Fueron grandes arquitectos; su materia prima fue el adobe. Construyeron complejos religiosos-administrativos de carácter monumental, conformados por palacios y templos o huacas (en forma de pirámide trunca), las cuales los recubrían de grandes murales en alto y bajo relieve, pintados con colores extraídos de la naturaleza, donde plasmaron sus dioses, mitos, leyendas y toda su cosmovisión cultural. Las más notables de estas construcciones son las llamadas Huacas del Sol y de la Luna, en el valle de Moche.
Fueron los mejores metalurgistas de su época; doraron el cobre mucho antes que en Europa; y conocieron una variedad de técnicas (laminado, martillado, alambrado, soldadura, etc.), fabricando herramientas, armas, atuendos, emblemas, ornamentos y toda su variada y rica parafernalia ritual.
Son considerados los mejores ceramistas del Perú antiguo, gracias al fino y elaborado trabajo que realizaron en sus ceramios. En ellas representaron, tanto de manera escultórica como pictórica, a divinidades, hombres, animales y escenas significativas referidas a temas ceremoniales y mitos que reflejaban su concepción del mundo, destacándose la asombrosa expresividad, perfección y realismo con que los dotaban. De este arte sobresalen los huacos retratos y los huacos eróticos.
Fueron grandes navegantes: construyeron caballitos de totora, los que hacían más pequeños para la pesca y más grandes para sus viajes hasta las costas ecuatoriales, desde donde traían la concha Spondyllus, sagrada para los moches, y en general, para el resto de las culturas costeñas del Antiguo Perú.
Políticamente, las sociedades moches ―de fuerte segmentación en clases sociales― se organizaban en reinos o señoríos confederados. Se ha podido conocer más sobre esta cultura gracias al descubrimiento de algunas tumbas intactas de sus gobernantes o señores, como la del Señor de Sipán y la Dama de Cao.
Ubicación Geográfica
Esta cultura deriva su nombre del valle homónimo de Moche, actualmente también llamado Valle de Santa Catalina, sede de las más conocidas e imponentes construcciones moches, las huacas del Sol y de la Luna.
Los mochicas se expandieron por el sur hasta el valle de Nepeña (Áncash) y por el norte hasta el valle de Piura (Piura).
Ocuparon los siguientes valles de la costa norte peruana:
  • Piura (Piura)
  • La Leche (Lambayeque)
  • Lambayeque (Lambayeque)
  • Zaña (Lambayeque)
  • Jequetepeque (La Libertad)
  • Chicama (La Libertad)
  • Moche (La Libertad)
  • Virú (La Libertad)
  • Chao (La Libertad)
  • Santa (Áncash)
  • Nepeña (Áncash)
Inicialmente fue conocida como cultura protochimú o Chimú temprano, pero recibió el nombre de «cultura moche» tras los descubrimientos en el valle de Moche. También se la denomina «cultura mochica» en razón del nombre de la lengua, el muchik, que hablaban sus pobladores.
Tradicionalmente se ha considerado a la cultura moche como un estado centralizado, con su núcleo en las huacas del Sol y de la Luna. Sin embargo, modernos estudios demuestran que hubo dos regiones mochicas bien diferenciadas, una al norte y otra al sur, geográficamente separadas por la Pampa de Paiján.
Mochica Norte
  • En el valle de Lambayeque: Sipán y Pampa Grande.
  • En el valle de Jequetepeque: Complejo San José de Moro, Huaca Dos Cabezas, Complejo Pacatnamú, Casa de la Luna o Sián, el Hornito (entre San Pedro y Pacasmayo), Sincapecerce de Poémape y la Tumba de la Mina

Mochica Sur
  • En el valle de Moche: las Huacas del Sol y de la Luna, Huanchaco y Galindo.
  • En el valle de Chicama: Sonolipe, Urricape, Mocollope, La Campana, Huaca Cartavio, Huaca Colorada, Huaca Cortada y Huaca Cao Viejo (estas dos últimas forman parte del Complejo Arqueológico El Brujo).
Más al sur están los sitios de Huancaco y Huaca de la Cruz (valle de Virú), Pampa de los Incas (valle de Santa) y Pañamarca (valle de Nepeña).

Economía
Agricultura. Ingeniería Hidráulica 
Los mochicas tuvieron una especial preocupación por el desarrollo agrícola. En este sentido, cultivaron maíz, camote, yuca,papa, calabaza, frutas tales como tuna, lúcuma, chirimoya, tumbo, maní y papaya. Cultivaron además el algodón en sus colores naturales (blanco, marrón, rojizo y morado), para uso industrial. También cultivaron totora.
Como precisaban llevar agua para cultivar tierras secas, construyeron canales (Wachaques) que se muestran como notables obras de ingeniería hidráulica, como el de Ascope y el de La Cumbre.
Asimismo construyeron represas como la de San José, cuyas aguas almacenadas servían para irrigar las tierras en tiempo de sequía y escasez.
Quedó registrada una sequía de varios años, que se cree que está relacionada con una erupción del volcán Krakatoa, que generó un invierno de dos años en todo el mundo (Véase cambio climático en el año 535). Es más probable, sin embargo, que se debiera al fenómeno de El Niño, que hacia el 650 d.C. ocasionó una terrible crisis en la producción agrícola, que llevó al abandono de muchas tierras de cultivo y a la reducción del territorio moche.
Entre los animales que consumieron están la llama, el cuy, el pato, el venado, la pava de ala blanca y los cañanes (lagartijas).

Pesca. Origen del Ceviche
Los mochicas tuvieron gran experiencia como pescadores y eso lo demuestra las antiguas embarcaciones que usaban y que hasta ahora se siguen fabricando denominadas caballitos de totora. Pescaron tollos, rayas, lenguados, etc. y recolectaron mariscos como erizos y cangrejos.
Los pescadores moches tuvieron la costumbre inicial de comer pescado crudo con limones nativos de la zona llamados chullco (agrio), tumbo, puru puru (agrio verde), ceutí (limón sutil) como refieren los estudios de etnotecnología alimentaria de Andrés Tinoco Rondán, investigador de la Facultad de Ingeniería Industrial de la URP (Universidad Ricardo Palma).

Navegación y Comercio
El mar ejerció sobre los mochicas un atractivo especial. Provistos de sus caballitos de totora, que ya tenían cerca de tres mil años de antigüedad entonces, se convirtieron en diestros pescadores. Con embarcaciones más grandes (balsas de totora y cañas, o posiblemente, troncos) organizaron expediciones que arribaron hasta las islas Chincha para extraer el guano, tan eficiente para el abono de las chacras. Hay indicios incluso que hicieron expediciones hasta el Ecuador, por el norte, y hasta Chile, por el sur. Del Ecuador traían las conchas de Spondyllus, sagradas para los moches las cuales hacían pectorales y brazaletes o los trituraban y los espolvoreaban en los templos y palacios; y de Chile traían lapislázuli.
Poseían también naves guerreras que eran tripuladas por más de tres o cuatro personas y que transportaban a grupos militares o a los prisioneros vencidos en las guerras. Todas esas embarcaciones no son distintas a las fabricadas por otras culturas costeñas desde el 1000 a. C.

Arquitectura
Como base para sus construcciones emplearon el adobe, puesto que era la materia prima que tenían a la mano. Construyeron grandes palacios, urbes y templos, los cuales los recubrían de murales en alto y bajo relieve, pintados de colores extraídos de la naturaleza a los cuales les agregaban colágeno extraído de la cocción de las patas de las aves, que actuaba como una especie de látex; decoraban con representaciones de sus dioses, mitos, leyendas y toda su cosmovisión.
En las construcciones importantes como las huacas, se solía hacer cada cierto tiempo una reedificación, en la cual en vez de remodelar una pared, la tapaban construyendo otra adelante; esto se puede apreciar en todas las huacas.
En su arquitectura monumental destacan las Huacas del Sol y de la Luna, en Moche. La Huaca del Sol es un inmenso edificio que mide más de 40 m de altura y tiene 5 terrazas superpuestas: los expertos calculan que se necesitaron más de 140 millones de adobes para su construcción. A 500 m de esta huaca se alza la Huaca de la Luna, de 21 m de altura y de tres terrazas; esta destaca por sus bellas pinturas murales, una de las cuales representa el rostro fiero de un dios, posiblemente Ai apaec. Se cree que la Huaca del Sol fue un centro administrativo, mientras que la Huaca de la Luna era un centro religioso.
Las casas de los pobladores comunes (pueblo) eran erigidas en pequeñas comunidades. Los materiales que usaban ellos eran los mismos que se empleaban para las huacas a excepción de las pinturas. Las casas tenían patio propio y techo de dos aguas para las lluvias.

Pinturas Murales
En muchos edificios moches se han encontrado pinturas murales, de inspiración religiosa, ya que representan a seres divinos o escenas relacionadas con ellos. Son de destacar dos lugares donde se han encontrado bellos murales: la Huaca de la Luna y la Huaca Cao Viejo (o El Brujo).
Las pinturas murales de la Huaca de la Luna son de 5 colores (blanco, negro, rojo, azul y amarillo), los cuales fueron obtenidos de minerales. Su mural más famoso es el que representa a un personaje antropomorfo conocido como el “demonio de las cejas prominentes”, que se ha identificado con la divinidad moche llamada Ai apaec o el dios degollador.
En la Huaca Cao Viejo hay un gran mural que representa una procesión de prisioneros desnudos y unidos con una soga, sin duda condenados a muerte que caminan hacia el “degollador”.
También existen murales en la Huaca de Pañamarca, con representaciones mitológicas (caracol-felino) y escenas cotidianas (luchadores).
Metalurgía y Orfebrería
Los mochicas fueron los mejores metalurgistas de su época. Utilizaron el oro, la plata, el cobre y sus aleaciones. La aleación más característica fue la tumbaga (mezcla de oro y cobre). Doraron el cobre mucho antes que en Europa y conocieron una variedad de técnicas, como el laminado, martillado, alambrado, soldadura, etc. Fabricaron herramientas, armas, atuendos, emblemas, ornamentos y toda su variada y rica parafernalia ritual.
Es de destacar su pericia para construir figurinas de poco más de 2 cm con partes móviles, unidas con pequeñísimas grapas.

Religión
Por sus dioses castigadores, la representación de dioses decapitadores era muy común, siendo el Dios principal Ai Apaec, quien también era la principal deidad de los mochicas. Adoraron además al sol y a la luna. También rindieron culto a dioses antropozoomorfizados, con rasgos de cangrejo, zorro, búho, pez gato, pato pico de cuchara (extinto), serpiente, aguilucho, lagartija, perro, sapo, venado, araña, pulpo, mono, cóndor, iguana.
Estos dioses muestran clara influencia de la cultura chavín, que fue anterior a la cultura mochica. Se puede apreciar el parecido en los colmillos y los rasgos felinos que se observan en algunas de sus representaciones.
Los sacrificios humanos eran practicados por los mochicas con fines rituales.

Tumbas
El Señor de Sipán
Sipán es una pequeña localidad que se ubica a 35 kilómetros al sureste de Chiclayo. Allí se encuentra la denominada Huaca Rajada. En marzo de 1987 el arqueólogo peruano Walter Alva logró erradicar a los huaqueros (ladrones de huacas) y procedió a realizar excavaciones.
Es la única tumba de un gobernador precolombino hallada intacta en el Perú. Data del siglo III. Actualmente los restos de este personaje se encuentran en el Museo Tumbas Reales de Sipán, en Lambayeque. Se trata de un hombre de 1,67 m, y de entre 35 a 40 años de edad. Se lo halló al lado de los restos de 8 personas (tres mujeres, dos varones, un niño y dos guardianes) y animales (dos llamas y un perro). El cuerpo del personaje estaba cubierto de numerosos ornamentos, armas y emblemas de oro, plata y cobre dorado. Se hallaron también 209 ceramios, muchos de los cuales contenían ofrendas. Meses después se hallaron dos tumbas más: la de un sacerdote contemporáneo al Señor de Sipán, y la de un personaje que por las armas, atuendos, ornamentos y emblemas, debió tener el mismo cargo del señor de Sipan, y al que se bautizó como el “Viejo Señor de Sipán” (antepasado del Señor de Sipán en tres generaciones).
Los Sacerdotistas de San José de Moro
Dos tumbas de sacerdotisas fueron halladas en el complejo arqueológico San José de Moro, en el distrito de Pacanga, Chepén. Una fue hallada en 1991 y otra en 1992. Comparten una serie de rasgos comunes: se hallan acompañadas de otros cuerpos, así como de individuos sacrificados en las entradas; así como contienen una profusión de objetos a manera de ofrendas: vasijas cerámicas, mates (que estarían sin duda llenas de alimentos) y adornos de metal.
La Dama de Cao
El descubrimiento de la tumba de la Dama o Señora de Cao fue dado a conocer en 2006. Fue hallada en la huaca Cao Viejo y data aproximadamente del 400 d.C., unos 150 años después del apogeo del Señor de Sipán. Se trata de los restos momificados de una mujer de 1,45 metros de altura y entre los 20 y 25 años, cubiertos por collares de oro, plata, lapislázuli, cuarzo y turquesa, narigueras de oro y plata, diademas y coronas. En la tumba se encontraron también cetros de madera forrados de cobre, utilizados en las ceremonias como símbolos de poder y hegemonía, y diversas placas de metal sueltas que cubrían la mortaja de algodón natural. Se trata sin duda de los restos de una gobernante moche que rigió en el valle del Chicama.
Arte
Cerámica
El más conocido legado cultural mochica es su cerámica, generalmente depositada como preciosa ofrenda para los muertos.
Los mochicas plasmaron en sus cerámicas el entorno de su mundo cultural y religioso, bajo la forma de imágenes escultóricas o bien decorando a pincel la superficie de la vasija. Su cerámica constituye por ello el mejor documento y testimonio de su cultura.
Características de la cerámica mochica: escultórica, realista, documental y pictográfica.
  • Escultórica: porque representaban en bulto las figuras de los hombres, animales y plantas. Destacan los huacos retratos.
  • Realista: puesto que todo era reproducción exacta de la realidad. No inventaban ni imaginaban en su obra ceramista, que era expresión de las actividades.
  • Documental: porque era realismo y su representación sirven como elementos para conocer la vida de los habitantes moches como si se estuviese leyendo un verdadero documento o fuente escrita.
  • Pictográfica: ya que algunos huacos representan figuras pintadas y ornamentadas.